.NET es un framework de desarrollo de software desarrollado por Microsoft que permite la creación de aplicaciones de escritorio, web y móviles en múltiples lenguajes de programación, como C#, VB.NET y F#. Al trabajar con .NET, los desarrolladores pueden escribir código en un lenguaje de programación de su elección y luego compilarlo en un lenguaje intermedio conocido como Common Intermediate Language (CIL), que se ejecuta en la máquina virtual de .NET.
La plataforma .NET consta de dos componentes principales: el Common Language Runtime (CLR) y la biblioteca de clases .NET Framework. El CLR es el motor de tiempo de ejecución que administra la memoria, la recolección de basura, la seguridad y el rendimiento de las aplicaciones .NET. La biblioteca de clases .NET Framework es una colección de tipos y métodos preconstruidos que los desarrolladores pueden utilizar para construir sus aplicaciones.
Para comenzar a desarrollar en .NET, primero debes instalar el kit de desarrollo de software .NET (SDK) y un entorno de desarrollo integrado (IDE) como Visual Studio. Una vez que tienes el software instalado, puedes crear un nuevo proyecto .NET y comenzar a escribir código. Los proyectos de .NET están organizados en soluciones, que contienen uno o más proyectos relacionados.
En C#, el lenguaje de programación más común utilizado en .NET, el código se escribe en archivos con extensión .cs. Un archivo .cs contiene una o más clases, que son las unidades básicas de código en C#. Una clase puede contener propiedades, métodos, campos y eventos que definen el comportamiento de la aplicación.
Cuando se compila una aplicación .NET, el código fuente se compila en CIL y se empaqueta en un archivo con extensión .exe o .dll. Estos archivos se pueden distribuir a otros usuarios para que ejecuten la aplicación en sus propias computadoras.